domingo, 22 de febrero de 2015

Welcome to Poole

Quien me iba a decir a mi hace un año (o dos o tres) que iba a cumplir mi sueño de irme a vivir al extranjero. ¡Por fin ha llegado ese momento! Aunque ya lo llevaba pensando un tiempo, todo comenzó a finales de enero cuando recibí la llamada de la agencia en la que estoy apuntada. Iba a haber unas entrevistas en Madrid a principios de febrero para un hospital en Poole, Inglaterra. Yo dije que si me apuntaba y en cuanto pude tecleé en google: POOLE INGLATERRA. Así, en un primer momento, me enteré de que era una ciudad que pertenece al condado de Dorset, al Sur de Inglaterra, que tenía unos 140000 habitantes y que había sido nombrada la mejor ciudad para vivir de Reino Unido. ¡Así que dije allá voy!   

Ayer, ya aquí, y después de haber pasado varios días entre bancos, compras de comida y de cosas de casa y compañías telefónicas (cosas que ya comentaré más adelante), tuve el día libre para poder hacer algo de turismo por la ciudad.

Paseé por High Street para poder llegar a la Old Town (o parte vieja). Allí vi una cafetería/tetería (The Little Teapot) que debo visitar algun día y así llevaros a los que os guste el té. También pasé por al lado del Museo de Poole, pero no entré porque había que aprovechar el buen día. Ya visitaré otro día el museo (que es gratis además). 







Luego fui al paseo del puerto (Poole Quay). La verdad es que no tenía nada del otro mundo. O igual es que yo estoy acostubrada a ver puertos. El caso es que el puerto de Poole es muy importante. Es uno de los puertos naturales más grandes del mundo y durante la Segunda Guerra Mundial era el puerto principal desde donde salía hacia Normandia. Además, es uno de los sitios principales para hacer vela y navegar. 






  
Desde el Puerto cogí un ferry hacia la isla de Bronwsea. Esta pequeña isla es donde surgieron los Boys Scouts, cuando Lord Robert Baden-Powell organizó el primer campamento Scout para 20 chicos en 1907. El viaje en ferry son unos 20 minutos y ofrece vistas al Poole. 



  
Ya en la isla, lo primero que ves es el castillo de Browsea, que por desgracia está cerrado al publico. Me dieron un folleto en el que venían varias rutas y decidí combinar varias para rodear la isla. 








Lo que hay en la isla son muchos caminos para hacer senderismo tranquilito. Pude comprobar que en Inglaterra la gente no se saluda cuando se cruza haciendo senderismo como allí. Llegué a una campa con una iglesia super bonita y pequeña. En esa misma campa había pavos reales y alguno se atrevió a desplegar sus alas para enseñarnos lo bonito que era. Y yo me acordé de mi abuela, que tiene unas cuantas plumas de pavo real en casa. 






La ruta seguía y me llevaba a pequeños miradores que daban a la costa. Y fue cuando me atreví por fín a pedirle a alguien que me sacara una foto.


 
Siguiendo la ruta llegué a la Scout Stones, una piedra que conmemora el primer campamento Scout. En una cabaña que había explicaban todo sobre el campamento de Brownsea y por allí era la zona donde se hizo. 



 Y hacia el final de mi recorrido llegué a un bosque lleno de pinos altos. El paisaje era precioso la verdad. Esos pinos son muy importantes ya que de ellos se alimentan las ardillas rojas que estan casi extinguidas en Inglaterra. En la isla hay unas 200 ardillas, pero yo solo pude ver una. Y menos mal, porque me dan bastante miedo la verdad.




  Y esperando al ferry de vuelta me acerqué un poco al lago que hay en la isla y desde donde se accede a la Reserva Natural. Allí se pueden ver diferentes tipos  de aves. Por eso muchos de los que iban a la isla llevaban prismáticos. 

 
Y esa fue mi visita a la Isla de Browsea y el puerto de Poole. Cuando volvía a la ciudad empezaba a chispear, tuve suerte de que no me pillara en la isla. 

Espero que os haya gustado mi primera entrada en el blog y no dudeis en comentar. Tengo idea de contaros más viajes y excursiones que haga por UK y también cosas sobre como sobrevivo en este país. De momento no me puedo quejar porque todo el mundo ha sido super amable conmigo y se ha mostrado paciente cuando no he sabido explicarme. Lo único que de verdad odio es que no haya persianas en la habitación. Hoy, domingo, ¡me he despertado a las 7 de la mañana! Sin tener que madrugar ni nada. Y encima mi cama está debajo dela ventana. Así que me he comprado un antifaz muy mono (y muy barato claro) para cuando trabaje de noche y tenga que dormir de día. No sé si será muy cómodo pero al menos me sentiré un poco más Holly Golightly. Bye bye!