El 18 de febrero hizo un año de cuando me mudé a Inglaterra. ¡Un año ya! No puedo creer lo rápido que se ha pasado. Y no puedo creer lo mucho que me ha cambiado la vida (cosa que hace que no me arrepienta para nada de haber hecho las maletas).
Este año he aprendido bastantes cosas a parte de inglés y cocina (esto último no mucho la verdad). He aprendido a vivir sola, cosa que nunca pensé que sería capaz. También a viajar sola. He aprendido que dentro de Europa somos muy diferentes aunque nos hayan vendido la Unión Europea. He aprendido a no preocuparme tanto por las pequeñas cosas de la vida y de la sociedad en la que vivimos. Así mismo, he aprendido que hay cosas en la vida mucho más importantes. También es por esto último que a veces me enfado con el mundo. He aprendido lo pequeño que es el ser humano, que cualquier día una enfermedad puede cambiarnos la vida, que no somos nada. Pero también que el ser humano puede hacer cosas muy grandes y que son esos actos los que nos va a convertir en seres inmortales. He cambiado mi misión en la vida. También he aprendido a amar.
Ahora me toca pensar qué es lo que puedo aprender este año. Lo primero en la lista es Italiano por supuesto. Ya tengo los libros comprados desde hace tiempo pero ahí siguen en la caja metidos. Debería ponerme seriamente con ello, pero soy muy vaga la verdad (por eso tampoco he escrito en el blog desde hace un tiempo). Lo segundo probablemente sea aprender a ahorrar. Porque este año no he ahorrado nada. El alquiler y las tasas se comen mas de la mitad de mi sueldo y el resto se van en mi vicio a viajar. ¡Así que Julia, por favor ponte a ello! Y lo tercero, aprender a hacer algo para que este mundo sea mejor para todos. Es una idea que de verdad tengo en la cabeza desde hace tiempo, pero aun no tengo nada claro.
Con este post solo quería saludar a todos, en especial a mi familia. Y así hacerles saber que todo me va tan bien tan bien que no tengo tiempo de escribir en el blog tanto. Ya tengo pensados próximos posts y esta semana escribiré alguno.
