miércoles, 2 de diciembre de 2015

Noche de Halloween (un mes despues...)

Aun tengo cosas de California para enseñaros pero me he dado cuenta de que ha pasado un mes desde Halloween y quería escribir sobre ello. Y pronto es Navidad y no quería que se juntaran. 

El fin de semana de Halloween me lo había pedido en el trabajo, ya que nunca había celebrado Halloween antes y ya que vivo en un pais anglosajón, que mejor ocasión para celebrarlo. 

El caso es que no tuve tiempo de preparar un disfraz. Yo quería ir de algo original, de algun personaje de una peli o algo así. Pero la verdad es que esa semana no paré de hacer cosas. Así que el mismo día 31 de octubre me fui a comprar algo. 

Y llega el problema de todos los años en cuanto a disfraces de chica. Todos son de putón verbenero chica demasiado sexy. Así que decidí comprarme cuatro cosas y hacerme un disfraz de bruja. Me compré una falda de tul y una escoba. Como no quería llevar gorro por la incomodidad me compré un tocado que apañe para que pareciera un mini gorro de bruja. Encontré unas medias muy bonitas de gatos. Y finalmente encontre un mono en Primark muy barato y muy bonito (y que me ayudó a esconder mis vergüenzas que se hubieran visto por las transparencias del tul). 

Y así me presenté en la residencia, donde había quedado con el resto. Allí Giovanna, que es una artista, estaba pintando la cara a todos. Yo solo dejé que me pusiera las pestañas, que a mi eso de pintarme la cara no me va nada... 

¡Y así nos fuimos a Bournemouth! Hasta teniamos niebla para el ambiente Halloweeniano... 






En Bournemouth estaba todo llenisimo. Todos tenian la cara pintada y la verdad que iban todos con disfraces de miedo. No como en las peliculas americanas que van disfrazados de cualquier cosa. Y para eso ya esta carnaval... 


Muy buena noche la verdad! Ahora ya estoy pensando en las Navidades que están cerca... HO HO HO! 

jueves, 19 de noviembre de 2015

Ruta por la costa de California. ¿Cuando repetimos?

Una de las cosas que más ganas tenía de hacer en California era la ruta por la Pacific Coast Highway. No teníamos mucho tiempo, así que solo pudimos hacer la ruta desde Los Angeles a San Francisco. Para la próxima (porque voy a volver, eso es seguro) me gustaría hacer California entera, desde las montañas y parques naturales del norte hasta las playas de San Diego. 

Fuimos al aeropuerto para coger el coche de alquiler y allí después de hacer los papeleos (que por cierto no me pusieron ningún problema con el carnet de conducir español) nos dicen: bueno, pues salís ahí fuera y cogéis el coche. Pero salimos y no había nadie. Cuando he alquilado un coche anteriormente (y en diferentes países) siempre es igual. Te viene un señor con las llaves y te lleva al coche, te explica alguna cosa y listo. Pero ahí no había nadie, así que preguntamos de nuevo y nos dijeron: No, tenéis que ir hacia el parking y coger uno de los coches. Están abiertos y las llaves están dentro. Así que fuimos al parking de coches económicos y no había ni uno. Y nos dijeron podéis coger cualquiera. Y ahí que vimos un Camaro Amarillo brillante brillante que llevaba nuestro nombre. Pero nos extrañaba mucho que habiendo pagado para un coche económico nos fueran a dar el Camaro. Así que preguntamos de nuevo a otro señor. Y obviamente no podíamos coger cualquiera. Nos mostró los que podíamos coger y elegimos un Yaris rojo. 

Otra cosa que nos pasaba en Estados Unidos es que allí los coches son automáticos. La verdad es que no me había informado antes sobre cómo conducen allí o si hay normas diferentes. Lo fui descubriendo poco a poco. Mientras estábamos en la cola del coche de alquiler busqué en google "Cómo conducir un coche automático". Descubrí que había tipos diferentes de marchas y recé para que el que nos tocara fuera el más sencillo posible. Pedí consejo en facebook también. Lo principal era olvidarse de que tienes un pie izquierdo, me aconsejaron hasta sacar el pie por la ventanilla. Cuando cogimos el coche le pedí ayuda al señor y me explicó todo. Básicamente solo tenía que usar 3 marchas. La de Parar, la de marcha atrás y la de acelerar. Había más marchas pero con eso ya era suficiente para moverme. Y allá que nos fuimos.     





En cuanto a las normas de trafico, aun no me han quedado claras (y eso que acabamos conduciendo por el centro de San Francisco). Sé que los semáforos están al otro lado de la calle. Pero lo que no me ha quedado claro es quien tiene preferencia en un cruce. En Inglaterra por ejemplo no existe eso de que siempre tiene preferencia el de la derecha. Y en Estados Unidos creo que tampoco, pero tampoco quedaba claro quien tenía preferencia. Yo por si acaso, paraba siempre. Y veía por intuición quien tenía preferencia. En carreteras de la costa sin apenas coches lo llevaba genial, pero en pleno centro de San Francisco casi me da algo. El caso es que dejamos el coche sanas y salvas así que tan mal no lo hice.   


Primer día: SANTA BARBARA. 
El primer día de la ruta fuimos a Santa Barbara, que está a unas 100 millas de Los Angeles (1 hora y media más o menos). Aparcamos y fuimos a comer y a ver un poco el centro.







Y tras la comida fuimos a ver la Misión de Santa Barbara. Yo tenía muchas ganas de verla ya que cuando estuve estudiando Antropología tuve que hacer un trabajo sobre la colonización de los españoles en California y estudié las misiones a lo largo de la costa, entre ellas la de Santa Barbara. Así que os voy a explicar un poco cómo fue esto de las misiones en California. Desde sus inicios, la fórmula de expansión ultramarina española en los territorios desconocidos de los Nuevos Mundos, incluía el aparato militar para la conquista y las instituciones religiosas con el lema “Ganar almas para Dios y pueblos para la Corona”. De esta forma colonizaban los territorios descubiertos con el levantamiento de misiones para la evangelización y para introducir a los indígenas en los valores morales y las costumbres de la sociedad occidental.

Estamos en el siglo XVIII, los Jesuitas han sido expulsados de todo el Reino Español y en su lugar mandan a misioneros de la Orden Franciscana para conquistar California, encabezados por Fray Junípero Serra (el de la estatua de la foto de abajo). La primera de las misiones que se estableció fue la de San Diego en 1769 y a esta la siguieron 20 misiones más que irían sembrando el Camino Real que bordea la costa, nueve de las cuales fueron fundadas por el propio Serra bajo su emblema “Siempre adelante, nunca retroceder”. La última fue Santa Bárbara que en 1784 no logró verla concluida debido a su fallecimiento.   



El patio interior de la Mision es precioso. Se respiraba paz y calma. Vamos, que vivían muy bien estos misioneros con esos jardines y palmeritas. 



Siguiendo el recorrido hay un cementerio en el que están enterrados los misioneros que ha habido allí. Y a mi es que los cementerios me encantan. 






La capilla es muy sencilla. Cuando construyeron la misión era muchísimo más pequeña, pero tuvieron que agrandarla en varias ocasiones. 


Igual os preguntáis quién vivía en Santa Barbara antes de que vinieran los españoles. Ellos eran los indígenas Chumash y aunque eliminaron la cultura de estos, he de decir que no fueron tratados tan mal como en otras colonizaciones.   






Después de ver la misión decidimos ir a la playa de Santa Barbara a pegarnos un baño y descansar un poco. Porque en vacaciones también hay que descansar. 



Si tuviera que elegir una ciudad pequeña de la costa para vivir en California elegiria Santa Barbara. Bueno, o igual Santa Cruz. Aun no lo se. 





Tras el relax en la playa cogimos el coche de nuevo y fuimos hacia Pismo Beach que es donde teníamos el motel para la primera noche. La idea era ir y dar una vuelta por el pueblo pero llegamos ya de noche y la verdad es que tenía pinta de ser el típico pueblo de playa de la costa del Levante, nada especial. Así que nos quedamos en el hotel después de ir a comprar algo de comida. 



Tipico motel con escaleritas y puertas de habitación que dan directas a la calle. De esos en los que el de la habitación de al lado es un asesino en serie que decide convertir tu noche en una pesadilla. 


Segundo día: BIG SUR
Esto si que tenía ganas. Nada más dejar San Luis Obispo empieza la carretera de la costa, la California 1. Big Sur es una zona de California, muy poco poblada, llena de playas salvajes y acantilados y rocas que se mezclan con el mar azul. Son unas 90 millas de ruta por una carretera con curvas que casi se mete en el mar. IMPRESIONANTE. 
Os tengo que pedir perdón porque con las fotos no he conseguido mostraros lo realmente impresionante que es. Es muy difícil. Y me da pena que no podáis ver exactamente lo que yo he visto. Pero es lo que hay. Vais a tener que ir hasta allí para disfrutarlo. 



















Tras unos cuantos kilómetros por fin llegamos a mi sitio preferido: McWay Falls en el Julia Pfeifer Burns State Park. Yo había visto muchas fotos de este sitio y ya me imaginaba bañándome en esa playita y poniéndome debajo de la cascada que hay. Menudo chasco cuando vi que esa playa no tenía entrada. Pero aun así me pareció preciosa y además, si hubieran dejado entrar a todo el mundo probablmente no estaría así de bonito y salvaje. 









Para la próxima vez que vaya me gustaría estar un par de días por esta zona y entrar en algún parque natural y explorar todo mejor. 





Y mientras íbamos por la carretera vimos unas playas IMPRESIONANTES ahí, cerca de esa montañita. Las pasamos de largo pero a medida que íbamos avanzando por la carretera me iban entrando las ganas de volver y pegarme un baño allí. Así que dimos la vuelta. Eran unas playas con olas preciosas y totalmente salvajes, sin nadie paseando o bañándose. Y claro, era porque no había entrada. Nuestra idea era subir al faro que había en la montañita esa (porque se podía ver una carreterita hacia allí) y luego bajar y bañarnos allí. Pero mucho antes nos encontramos una valla, con un prohibido al paso y que era algo del gobierno de Estados Unidos o yo que se. Que pena. Por eso quiero volver y estar más tiempo por esa zona, porque sé que tiene que haber una entrada y si no hasta soy capaz de saltar la valla. Esas playas no pueden estar ahí sin que yo me bañe en ellas alguna vez en la vida.  



Aquí el puente Bixby Creek, muy característico de Big Sur y muy alto. Y también es el puente que nos anunciaba que nuestra ruta iba a acabar pronto. 



Esta foto me encanta. El Pacífico Salvaje con las montañas. 






Y acabamos nuestra ruta por Big Sur en Carmel by the sea, un pueblito costero cerca de Monterrey. Fuimos a la playa, porque yo ya me había quedado con las ganas de bañarme. Y nada mejor para acabar el día tan perfecto que ver delfines nadando en la playa. Fue precioso. 



Tercer día: SANTA CRUZ
Para acabar nuestra ruta decidimos ir a Santa Cruz y acabar el viaje cruzando el Golden Gate en San Francisco (aprovechando que teniamos el coche). 



En Santa Cruz aparcamos entre casas, en un barrio normal y corriente. Cosa que nos gustó para poder ver las casas curiosas que hay por allí. Es una mezcla entre casas victorianas y casas de veraneo. Y es que probablemente Santa Cruz fuera sitio de veraneo de gente de San Francisco. 





Santa Cruz tiene un muelle tipico, desde donde se puede ver el parque de atracciones de la playa. Cuando estabamos en el muelle oiamos unos ruidos extraños que luego descubrimos que eran leones marinos que se ponen en el muelle esperando que alguien les eche comida.  







Allí en el muelle comimos unas gambas rebozadas. Había algo tipico de allí que al final no comimos, que era como un bollo de pan gigante al que le habían quitado la miga de dentro y lo habían rellenado de una sopa de marisco y crema y nata. O algo así. El chico del puesto nos dió a probar la sopa, pero a mi es que la sopa no me va mucho. 



Había muchas tiendas de surf y de skate. Esta es la otra ciudad en la que viviria si tuviera que elegir un pueblo de costa de California. Además era más natural que Santa Barbara, no tan artificial. Había pescadores, surferos y gente jugando en la playa. Era más normal todo. 






Mi nueva toalla con la bandera de California. Es que Oiane y yo nos enamoramos de esa bandera, con el oso pardo. 


Fuimos a pasear por el parque de atracciones, que era muy bonito y muy americano todo. 









Y llegamos a San Francisco. Un viernes a las 5 de la tarde, pleno atasco. Y yo aun sin saber como iban las intersecciones allí. Pero sobrevivimos. Fuimos al hotel en el centro y de allí, tras dejar las maletas, nos fuimos al Golden Gate para cumplir otro sueño. Conducir por el Golden Gate.  




Cruzamos a Sausalito, al otro lado de San Fracisco. La pena es que había niebla y no se aprecia la bahia y la ciudad muy bien. Además hacía un viento increible, que casi salimos volando de allí.  






Y aquí cruzando el puente a la vuelta hacia el aeropuerto para dejar el coche de alquiler. 


Para mi, esta ruta ha sido lo mejor de todo el viaje. No sé si por conducir en Estados Unidos en esas carreteras solitarias o por haberme bañado en el Pacifico o por el paisaje impresionante. O por todo. Por eso, cuando algún día vuelva a California, me haré la ruta entera, de norte a sur.