jueves, 30 de julio de 2015

El día que me enamoré de la playa en Inglaterra

Y no, no fue el primer y único día que he ido a la playa aquí. Fue otra playa, a la que no íbamos con bikini ni nada así. Pero es una playa a la que tengo que volver, porque no está muy lejos, porque es preciosa con agua cristalina y porque no parecía que fuera mucha gente (quizás porque no se puede ir en transporte público).

Hace dos fines de semana vino mi amiga Ianire a visitarme a Poole. Yo tenía 5 días libres así que aprovechó esos días para venir. El sábado no hicimos nada especial, mas que cenar y salir de fiesta por Bournemouth. Pero el domingo estuvimos en uno de los sitios que más me han gustado desde que estoy aquí.

Como hacía un día bueno decidimos ir a visitar la costa inglesa con mi coche. Se apuntaron también Claudia y Vincenzo a la excursión, los mismos con los que habíamos salido de fiesta la noche anterior.

Esta zona que visitamos se llama Isle of Purbeck, que en realidad no es una isla, es una península. Según mi guía de esta zona procede la piedra caliza gris conocida como mármol de Purbeck con la que se construyó el Castillo de Corfe y las casas de alrededor. La isla, Patrimonio de la Humanidad, está bordeada de playas vírgenes como Studland Bay (que es a la que fuimos mi primer dia de playa) o Lulworth Cove.

Primero fuimos a Lulworth Cove, que está a unos 30 minutos en coche desde Poole. Es una pequeña bahía y la playa es de piedras. No creo que sea lo mejor para bañarte la verdad, pero es muy bonita con los barquitos y el agua azul.




Allí comimos un bocadillo de salchichón o salami y emprendimos la marcha hacia el próximo destino, Durdle Door. Para ir hasta allí hay un sendero cerca del parking de coches. Madre mía, casi nos da un mal subiendo el primer tramo. No parábamos de decir: espero que merezca la pena porque si no... Y efectivamente merecía la pena. Hicimos una primera parada en lo alto del sendero para admirar las vistas a Lulworth Cove y al mar infinito. 



Esa bahía es Lulworth Cove


Aquí los cuatro excursionistas Vincenzo, Ianire, yo y Claudia. 


Hacia el otro lado del sendero también había vistas impresionantes. La costa continua con acantilados, playas pequeñas y rocas haciendo formas. 



Y llegamos al lugar. Es como una pequeña peninsula. A un lado está esta maravillosa playa llamada Man of War. Muy bonita y con aguas cristalinas. Además comprobamos que el agua no estaba tan fría como pensábamos que iba a estar. 







¡Si es que esto parece El Caribe por lo menos! (excepto el clima claro)

Y al otro lado de la pequeña penisula esta Durdle Door, que es ese arco que entra en el mar. Se formó por la continua erosión de las olas en las capas calizas; el oolito, más duro, creó el arco.  






La playa es preciosa también. El único fallo que tiene es que no es de arena. Pero es lo de menos, y además así no vuelves a casa llena de arena. Hay que mirarle lo positivo a todo. 



Me encantan los acantilados aquí y las formas de la costa. 













Fue un día perfecto. Estábamos hablando sobre qué hacer al día siguiente. Claudia también libraba así que planeamos ir las 3 a Bath en coche. Pero los planes se torcieron por una loca inglesa al volante. Cuando volvíamos a casa, en una rotonda, un coche me dió y me rompió el coche. Nosotros estamos bien :) y mi coche por desgracia, esta en el taller. Mala suerte la nuestra... Así que al día siguiente entre lo del seguro y la grúa perdimos medio día y nos quedamos por Bournemouth y Poole. Encima nos hizo un día horroroso. Y nos tocó pensar en sitios para ir sin coche. 

Aun así, tengo muy buen recuerdo de ese día. 
 

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