Estoy viendo las miles de fotos que he sacado en California y pretendo enseñároslas y contaros lo que hemos hecho por allí. En este primer post os hablaré de nuestra llegada a Los Angeles y el día que pasamos en nuestro sitio preferido de LA, Santa Monica y Venice Beach.
El viaje ha sido épico pero la verdad es que nos costó lo suyo llegar hasta allí. Nuestro vuelo salía desde Madrid, así que Oiane y yo quedamos en el aeropuerto de Barajas. Ella venía desde Bilbao y yo desde Londres y pasamos la noche en Madrid sin dormir porque el vuelo a Los Angeles era a la mañana pronto. Cogimos el primer vuelo hacia Oslo, 4 horas de viaje. Allí, como teníamos tiempo, cogimos un tren hacia el centro de la ciudad y ya de paso vimos Oslo. Es una ciudad pequeña que tampoco tiene nada del otro mundo (o eso me pareció a mi). Yo es que no soy muy fan de los países nórdicos. A la tarde cogimos el vuelo hacia Los Angeles. Habíamos estado especulando sobre por donde volaríamos. Yo decía que por el polo. Y efectivamente, pasamos por Groenlandia y entramos por el norte de Canada. 11 horas de vuelo. Casi me muero ahí mismo. Vi alguna película, escuché música, y dormí un poco, pero aún así se me hizo larguísimo. Llegamos a Los Angeles a las 11 de la noche y teniendo en cuenta que hay 9 horas de diferencia horaria, estuvimos como 48 horas sin dormir en total. Fue una suerte que llegáramos a la noche y así podíamos ir directamente a dormir sin sufrir nada de jet lag.
Para llegar al hotel, despues de estar 2 horas esperando al bus que nunca llegaba (y que finalmente nos dijeron que no iba a aparecer, aun no sabemos por qué) acabamos cogiendo un taxi. Nuestro hotel estaba en pleno Hollywood Boulevard, lo cual era perfecto. Y aunque no era nada del otro mundo, tenía café y zumo gratis las 24 horas.
El primer día fuimos a Santa Monica. Yo tenía muchas ganas de ir a esa playa y pegarme un baño en el Pacífico. Además hacía un calor horroroso (que ahora echo de menos). Paseamos primero por el muelle, que tiene atracciones varias. Desde allí se ve la playa larguísima, que por cierto, es la playa de Los Vigilantes de la Playa.
Las palmeras de California me tienen enamorada.
Después de un baño en el agua y un ratito en la toalla nos fuimos por el paseo hasta la zona de Venice. Nos encantó esta zona, estaba llena de gente de todo tipo, surferos, skaters, fumetas, viejos, niños... un ambiente genial la verdad. Había un montón de tiendas de camisetas, bares y hasta sitios de marihuana medicinal. También está el skate park, que Oiane tenía muchas ganas de ver. Y allí que fuimos a ver a los skaters buenorros. Nunca he visto tanto skater como en estas vacaciones. De hecho creo que Oiane tiene un imán para ellos.
Y de allí fuimos a la parte de los canales. Que vamos, que son 4 canales con 3 puentes. No es mucho más, pero las casas tenían un encanto. Y mientras paseábamos por allí soñábamos con tener una casita de esas.
Para finalizar el día queríamos volver al skate park y así ver la puesta de sol desde allí. Las puestas de sol en California son de otro mundo. Impresionantes. Y de verdad, os pido perdón porque con las fotos no puedo mostraros lo increíbles que eran. Ojalá pudiera enseñaros todo como lo veían mis ojos.
Estoy obsesionada con la palmeras ¿no?
Pensaba contaros en un post los 4 días por Los Angeles, pero es que este sitio nos gustó tanto que se merecía una post solo para él.
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